¿Qué es la Hipnosis?

Por Familia Whynak

La hipnosis es aún en nuestros tiempos una palabra que connota mucho misterio, un poco de temor, pero también curiosidad. Así que aquí te cuento de qué se trata esto de la hipnosis.

Se trata de un estado de concentración profunda, en la que podemos entrar más fácilmente a través de la respiración, las sensaciones y la imaginación. Lo que sí te puedo asegurar es que no se trata de que te conviertas en un ser obediente o un títere sin voluntad, eso definitivamente lo descartamos, lo más que puede pasar es que te relajes tanto y tan rico, que te quedes dormid@, y aún así, hará efecto positivamente en ti.

El tipo de hipnosis con el que se trabaja en Whynak se llama Hipnosis Ericksoniana, y se trata de que tu mente inconsciente trabaje para ti, pero la diferencia es que respires, cierres los ojos y escuches, nada de perder la conciencia. Se trata sólo de que te des la oportunidad en un momento de tranquilidad, respirar y concentrarte en lo que escuchas, en las  reprogramaciones W ÁMATE, W REINICIA y/o algún otro programa en donde te beneficiarás de estar guiado por este método. Aquí vas a poder escuchar, y enseguida seguir con tus actividades, dormir o trabajar o lo que quieras hacer, y puedes tener la seguridad de que tu mente inconsciente va a trabajar protegidamente para ti, sólo confía.

Es un método seguro, pero además absolutamente efectivo, comprobado científicamente, ya que ahora se sabe que existen cambios significativos en el descenso de la actividad neuronal que te llevarán a formar nuevas conexiones neuronales, y, por lo tanto, un cambio de conductas, ¡es increíble el resultado!

Debes saber que tu mente inconsciente es ese espacio en tu cabeza que guarda esos detalles inconclusos, dolorosos, vergonzosos o hasta complicados de entender en el momento en que los vives. Así que la hipnosis Ericksoniana se encarga de transformar y acomodar lo necesario para que cambies la conducta que deseas, y vivas plenamente en el aquí y ahora.

Gracias


La comida y las emociones

Por Alma Gutiérrez, coach nutriemocional

Comer compulsivamente cuando sufrimos ansiedad; compensar la tristeza con dulces; asaltar la cocina y darnos un atracón…

Conductas emocionales que influyen en el sobrepeso y la obesidad. Una dieta no es suficiente para bajar de peso si no se tratan también las emociones, parte importantísima para lograr nuestros objetivos.

Para la biodescodificación las causas más frecuentes son los sufrimientos vividos.

Cuando la separación se vuelve intolerable en la persona, cuando le hace falta el contacto, cuando se siente abandonada, cuando el vacío es insoportable, debe ser llenado con materia.

Y ¿qué mejor materia que la grasa, que rellena, estira la piel y se siente el contacto, calienta y abraza? Pues la grasa se acumula especialmente en la hipodermis.

Si además la persona se siente agredida y necesita protección, la grasa es su mejor opción. Quedará protegida en el centro del cuerpo rodeado de grasa.

En pocas palabras, los dos elementos juntos serían: buscar el contacto y simultáneamente tener miedo de perderlo y de ser abandonada y miedo de ser agredida. Ahí puede ser la causa de la obesidad, no sólo del sobrepeso.

Esto no quiere decir que las personas que tienen obesidad lo hagan de manera consciente, o que se sientas felices y plenas viviendo con ello, por el contrario, el paciente con sobrepeso u obesidad, sufre y mucho pues quisieran hacer un cambio y su modo de comer no es agradable para ellos mismos, sin embargo con cada atracón viene el arrepentimiento, la culpa y nuevamente las ganas deseosas de tapar y acallar ese vacío,  esto vive en el inconsciente y es considerado por nuestra psique un modo de supervivencia, tampoco se justifica todas las personas tenemos la capacidad de cambiar nuestra vida si es que así lo deseamos. 

Cada una de estas carencias vienen a la mente al sentimiento y por ende se reflejan en nuestro diario vivir.

La comida no sólo tiene una función nutritiva sino que el acto de comer es placentero, desestresante y por ello, cuando nos sentimos cansados podemos ir en busca de comida, de hecho dormir poco está relacionado con la obesidad, pues la falta de sueño genera estrés y se incrementan en el organismo hormonas que elevan los deseos de ingerir alimentos.

De igual manera, cuando estamos ansiosos o con problemas emocionales, podemos ir en busca de comida para sentirnos mejor, y en realidad, hay alimentos que ayudan a calmar la ansiedad porque en su composición incluyen triptófano, un aminoácido que estimula la liberación de serotonina y nos relaja al mismo tiempo que nos vuelve más felices. Esos alimentos son por ejemplo el chocolate, el plátano, las nueces o el yogur, harán que momentáneamente sientas alivio e inclusive un poco de tranquilidad y felicidad.

Es normal que de vez en cuando nos relajemos y disfrutemos de un momento placentero como es comer un pastel de chocolate, pero la alimentación emocional debe ser controlada, pues no siempre podemos comer cuando estamos cansados, enojados, tristes o alegres, de lo contrario, culminaríamos con exceso de comida, o simplemente reemplazando nuestro dolor o angustia a través de la alimentación.

Cuando comemos para calmar nuestras emociones lo único que de alguna manera hacemos es callarlas por un pequeño instante, callarlas si, pero no cambiarlas o arreglarlas, para ello  escogemos más alimentos grasos, lo cual puede desencadenar un exceso de grasas y carbohidratos en la dieta, desequilibrando la misma y causando enfermedades. Esto es así, porque nuestros antepasados pasaban mucho tiempo sin comer y en actividad, lo cual es una situación estresante, y su cuerpo fue adaptado genéticamente para que al momento de tener comida escogieran estratégicamente los nutrientes más concentrados en energía como son las grasas. Entonces, las grasas se asocian a una disminución del estrés en nuestro cerebro. Por ello, cuando estamos muy cansados quizá reduzca más el estrés un pastel con nata que una manzana.

Cada órgano genera unas u otras emociones. Dependiendo de si tomamos un alimento u otro vamos a sentir unas emociones muy distintas. Esto sucede porque cada alimento “ataca” a órganos distintos. Si ingerimos alimentos que nos bloquean el hígado, como por ejemplo el alcohol, serán más factibles las emociones de ira, cólera, agresividad o la impaciencia, de ahí la importancia de conocernos mejor y saber que sentimos pues como todo organismo adaptable nos adaptamos también a aquello que no es muy beneficioso para la salud pero que nos ocasiona alivio.

El triptófano, un aminoácido que provoca la liberación de serotonina. Piensa que los niveles bajos de serotonina se asocian a la depresión y a la obsesión, lo cual nos genera un pronto alivio como es el helado o aquellos que están cargados de azúcar 

La falta de serotonina causa distintos efectos negativos sobre el organismo, como angustia, tristeza o irritabilidad. Cuando el cuerpo no produce triptófano, lo conseguimos a través de la dieta. Por tanto, los alimentos ricos en este aminoácido actúan como antidepresivos naturales, lo que nos alivia, entonces en pocas palabras podríamos decir que los alimentos nos alivian el sentimiento, pero ese alivio momentáneo se va y nuevamente necesitamos nuestra siguiente dosis.

Dosis de Auto-Cuidado

Por Alma Gutiérrez, coach nutriemocional

Es fundamental cuidarse emocionalmente en estos tiempos de crisis para tener una buena salud física y emocional, debemos seguir algunas recomendaciones para mantener un buen autocuidado que nos permita hacernos cargo de manera amorosa de nosotros mismos.

En esta época estamos viviendo unos días de bastante incertidumbre y malestar psicológico. Los seres humanos ante la adversidad y la incertidumbre tienen mecanismos para prepararse para actuar. A veces esos mecanismos nos generan mucho malestar psicológico. Sobre todo, cuando no conocemos las herramientas que hay que utilizar para hacer frente a dicha adversidad y la ansiedad se apodera de nosotros convirtiendo el miedo y la desesperanza en aquello que más inunda nuestro ser.

Nuestro cerebro está preparado para hacer frente a situaciones desconocidas, y actúa:

Identificando las señales de alarma, haciéndoles frente.

Desencadenando respuestas de defensa y actuación.

Resolviendo la situación.

Pero, ¿qué pasa cuando no sabemos cómo resolver?

Nuestro cerebro continúa reaccionando a la alarma permanente y esto puede tener consecuencias muy negativas sobre nuestra salud. El estrés en dosis elevadas desencadena respuestas que, si no se resuelve la situación desencadenante, debilita nuestro sistema inmunológico y puede conllevar enfermedades no deseables.

¿Pero cómo lograr empezar con estas pequeñas dosis de autocuidado?, si bien es cierto, que es fundamental cuidarse emocionalmente en estos tiempos de crisis para tener una buena salud, también es necesario hacerlo físicamente, esto no significa que pasemos horas en el gimnasio o que vivamos a base de ensaladas y te, si bien parte de nuestros cuidados deben incluir evaluarnos revisarnos y comprometernos con nosotros mismos, también implica un cambio de hábitos y una sana alimentación, debemos seguir algunas recomendaciones para mantener un buen autocuidado emocional.

Pero de que tratan las dosis de autocuidado, la palabra dosis nos indica que es la cantidad de algo, autocuidado aquello que hacemos por el bienestar de nosotros mismos, lo que se resumiría a cada dia administrar una dosis de autocuidado que va desde lo más simple hasta rituales completos que podrías hacer por ti mism@.

Tipos de autocuidado:

  1.  Autocuidado Emocional

    Cuando se trata de nuestra salud emocional, uno de los mejores consejos es asegurarte de que estamos conectados completamente con nuestras emociones.

  2. Autocuidado físico

    El auto cuidado físico se trata de atender a nuestro cuerpo físico y nuestra salud.
    La actividad física es vital no solo para nuestro bienestar corporal, sino también para ayudarnos a desahogarnos y a liberar el estrés.

  3. Autocuidado intelectual

    El autocuidado intelectual consiste en ejercitar nuestra mente, estimular el pensamiento crítico y la creatividad.

  4. Autocuidado espiritual

    El autocuidado espiritual consiste en conectar con tus valores y lo que realmente te importa. Se relaciona con quién eres en tu interior.

  5. Autocuidado Social

    La conexión con otras personas es necesaria para nuestra felicidad. Nos ayuda a entender que no estamos solos. No se trata solo de hacer cosas con otros por el simple hecho de hacerlo, sino de elegir hacer cosas con personas que realmente nos hacen sentir bien, esto lograra un mayor equilibrio con nuestro entorno.

Si bien cada una de estas áreas son importantes a cuidar, es necesario empezar con pequeños pasos, poco a poco generar el cambio hasta convertirlo en un hábito para nosotr@s mismos, reforzando tus afirmaciones, fijando nuevas metas que te lleven a lograr tus objetivos.

Autoestima

Por Alma Gutiérrez, coach nutriemocional

Uno de los problemas más frecuentes, a los que nos enfrentamos a la hora de querer bajar de peso es la baja autoestima que generamos a través de los años, ya sea por cuestiones del pasado que no han sido trabajadas y sanadas, o por el exceso de peso que queramos o no influye en nuestra percepción de nosotros (as) mismos (as).

La baja autoestima conlleva a una percepción negativa sobre uno (a) mismo (a), y es un factor que nos puede limitar mucho en nuestro diario vivir, como en aquellas ocasiones en las cuales no queremos salir en las fotos o como hacer bromas pesadas de nosotros mismos convirtiéndonos así en el entretenimiento de los demás, o como cuando dejamos de vernos al espejo y así muchos ejemplos más.

¿Pero qué es la autoestima o porque está tan ligada a nuestro ver y sentir? es el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, la valoración que realizamos basándonos en nuestras experiencias. 

Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los pacientes no saben identificar que sufren una autoestima baja y mucho menos identifican cual es la razón que los hace sentirse así, esto es porque  la baja autoestima conlleva a otro tipo de problemas que son la supuesta causa por la que acuden al psicólogo y que con bastante frecuencia nos impide la pérdida de peso, estos problemas se manifiestan con síntomas de ansiedad, depresión, problemas de conducta, estrés, adicciones; en las cuales cabe destacar la adicción a la comida, etc. y aquí van unos consejos para saber identificar qué es lo que nos está pasando y cómo podemos solucionarlo. Es fácil aumentar la autoestima, solo hay que ponerle un poco de empeño y ejercitarla todos los días.

Reforzar la autoestima es imprescindible para superar problemas como la ansiedad, la depresión o los trastornos alimentarios, por citar sólo algunos. Comparto los seis pilares de Nathaniel Branden, uno de los mayores estudiosos de la autoestima, el cual está convencido de que detrás de la mayoría de los problemas psicológicos se esconde la sensación de que no somos lo suficientemente buenos, hay una falta de confianza en sí mismo, es decir, una baja autoestima.

Para este psicólogo la autoestima sería el sistema inmunitario de la conciencia, lo cual lo coloca en el centro de nuestro equilibrio psicológico y la convierte en un requisito esencial para alcanzar la felicidad. Afortunadamente, al igual que el sistema inmunitario, la autoestima se puede reforzar. Y este cambio no depende de las circunstancias externas o de las personas que nos rodean, sino de nosotros mismos y de querer reforzarla cada día.

Branden propone que la autoestima se asienta en estos 6 pilares:

1.- Vivir conscientemente. Supone enfrentar la vida asumiendo una actitud proactiva, es no limitarse a resolver los problemas, sino salir a su encuentro. Se trata de aceptar los errores, corregirlos y aprender de ellos. Vivir conscientemente implica ser reflexivos y conocernos profundamente, sabiendo por qué tomamos unas decisiones en vez de otras. Significa reconocer nuestras debilidades, pero también nuestros valores.

2.- Aceptarse a sí mismo. Es imposible que logremos amarnos si no nos aceptamos completamente, con nuestras virtudes y defectos. Las personas que no se aceptan, viven saboteando sus relaciones y logros profesionales porque creen que no merecen tener amor ni éxito. Sin embargo, cuando nos aceptamos logramos reconciliarnos con nosotros mismos y también reconciliarnos con los errores del pasado. La aceptación es clave para reforzar la autoestima. Obviamente, la aceptación no implica que no estemos dispuestos a mejorar sino que comprendemos nuestros límites y, aun así, somos felices porque nos centramos en nuestros logros y fortalezas. 

3.- Autorresponsabilidad. Significa que comprendemos y aceptamos que somos responsables de nuestros comportamientos y decisiones, así como de nuestros deseos, valores y creencias; lo cual también implica que somos responsables de nuestra felicidad. Esta actitud nos permite dejar de culpar a los demás, tomar las riendas de la vida y concentrarnos, finalmente, en lograr nuestras metas. No obstante, eso no implica que seamos responsables de todo lo que sucede, también somos conscientes de que existen situaciones que se escapan de nuestro control.

4.- Autoafirmación. Implica respetar nuestras necesidades, valores y sueños, buscando alternativas de comportamientos que sean congruentes con lo que pensamos, sentimos y deseamos. Significa que nos tratamos con respeto y que nos mostramos tal cual somos porque no sentimos la necesidad de cambiar tan solo para agradar a los demás por miedo a su rechazo.

5.- Vivir con propósito. Comprendemos que nuestra felicidad y decisiones no están a merced del azar o de otras personas, sino que dependen de nosotros mismos. También implica ser capaz de identificar y poner en práctica todas las acciones imprescindibles para tomar las riendas de nuestro destino. Vivir con propósito es utilizar nuestras aptitudes para lograr algo que realmente nos apasiona y satisface.

6.- Integridad personal. Es la integración de creencias, valores e ideales con nuestro modo de actuar. Implica comportarnos según lo que creemos, siendo congruentes con nuestras ideas y forma de ver el mundo. Cuando no seguimos nuestras convicciones y nos contradecimos, nos venimos abajo y la autoestima termina quebrándose.

Para reforzar la autoestima es importante reforzar estos seis pilares empezando paso por paso, y sobretodo siendo honesto (a) contigo mismo y recuerda que hay situaciones que es mejor trabajarlas con la ayuda de un profesional.


No somos el miedo que sentimos

Por Xóchitl Reyes

Todos estamos experimentando mucho miedo en estos días ante los eventos sobrenaturales que estamos viviendo en todo el mundo, pero detengámonos un momento a pensar en ello, más allá de sólo sentir miedo.

El miedo es una respuesta natural de supervivencia ante algún peligro inminente, nos hace actuar de una manera rápida pero también nos puede genera un bloqueo emocional muy intenso a nivel cuerpo y mente.  Existe "el miedo real" que es el que experimentamos ante cualquier evento que ponga en riesgo nuestra vida, este miedo dura mientras el riesgo existe, pero después sólo nos queda "el miedo mental", este miedo está alimentado por nuestra mente, producto de lo que previamente hemos experimentamos, pero también con el bombardeo de todo lo que vemos, escuchamos, leemos y decimos. Por lo tanto, nuestros pensamientos operan en un estado de alerta que afecta nuestra vibración, ya que su función es paralizarnos, y con ello, paralizamos al colectivo.  

Si en realidad sigues pensando que estás en riesgo, ¡No dudes! ¡Salte de la zona de peligro! Vete a una zona que consideres segura, siempre habrá lugares y personas dispuestas a ayudarte. Si estás aquí, si estás con vida, si decidiste quedarte o decidiste irte significa que así debía de ser. Quedarse, salirse, ir a la derecha o ir a la izquierda es justo lo que debías de haber hecho, todo está en el orden perfecto, aunque por momentos parezca que no. Si alguien murió o sufrió en el camino, no deja de ser algo triste y traumático, pero así debía de suceder para estas personas, no des significados a las situaciones, no lo tienen, sólo entrégalas a Dios, al creador o en quien tú creas. ¡Sal de la zona de miedo y ten fe! En realidad, no necesitas al miedo, ¡Nadie más necesita de tu miedo!, ¡No necesitas del miedo de los demás!, ¿Cuántos pensamientos de miedo has tenido hoy? ¿Cuántos son tuyos, cuántos provienen de otros? ¿En realidad te han servido de algo? 

Estamos en unicidad con todo, tus pensamientos afectan o benefician al colectivo, a la tierra y a todo el universo. No olvides que en lo que te enfocas se expande. Pregúntate: ¿Quién quieres ser ante la situación que estamos viviendo? Yo veo personas tomando iniciativas, ayudando a personas que lo necesitan, movilizadas y entregadas a la situación, ya sea desde sus casas, oficinas o en las calles, estos actos sólo pueden provenir del amor y no del miedo.  Simplemente observa a tu alrededor y tómate un respiro para dar un significado a todo lo que está sucediendo que no provenga del miedo sino del amor. 

Necesitas conectar contigo y buscar en tu interior una respuesta que sea justo la que en estos momentos necesitas. No juzgues tu miedo, conecta con él, respira profundo, reconócelo, exprésalo, abrázalo y déjalo ir. Seguramente el miedo volverá una y otra vez antes de irse por completo, así que, cada vez que aparezca, vuelve a respirar y conecta con tu sabiduría interior.  ¿Qué es en realidad lo que está pasando? ¿Para qué está pasando? Tal vez sea un llamado de amor al mundo, a nuestra tierra, a nosotros mismos y a los demás, tal vez sea para recordarnos que somos más que el miedo que sentimos, pero que lo hemos olvidado. Así que, ¿qué prefieres pensar hoy? Eres libre de elegir tus pensamientos, sólo recuerda que los que provienen del miedo nos paralizan y los que provienen del amor nos movilizan.